Ir en invierno a un apartamento vacacional en la costa
siempre mezcla una sensación de añoranza por los recuerdos del verano pasado y
de cosquilleo en la espalda al ver de nuevo el sol, la arena y el mar tan
juntitos y tan a mano, casi rozando el nuevo verano.
Además de suspirar por el buen tiempo que ya llega, en este
mismo apartamento casi siempre encuentras las mismas cosas: algunos juegos de
mesa analógicos de toda la vida (como dirían los entendidos en tendencias:
juegos vintage) vamos, una baraja española, un parchís con oca detrás, unos
dados con su cubilete y en el mejor de los casos un ajedrez de los magnéticos,
y cómo no, 8 o 9 revistas con sus buenos 6 meses de antigüedad (la más nueva).
Desayunando en modo vacaciones en la terraza, con el mar
enfrente y un par de horas por delante para gandulear perezosamente, cojo la
primera revista del montón y ¡qué
suerte! Es el número 1599 de XL Semanal de mitad de Junio de 2018 y encima en
la portada el Festival de Teatro Clásico de Mérida y cuatro entrevistas a
cuatro actores de raza… ¡Perfecto! Pienso mientras me sirvo el segundo café con
leche.
Comienzo con la primera entrevista a Rafael Álvarez, “El Brujo” y luego continúo con la de Raúl Arévalo y con la tranquilidad, la lectura, el sol… vuelve esa sensación tan de vacaciones de que el tiempo se ralentiza y se acompasa al ritmo relajado, y paso a la tercera entrevista a Magüi Mira, que además es de La Terreta pero espera, que lo que estoy leyendo pues no me cuadra, no sé muy bien qué es pero hay algo raro… voy a leerme la introducción de la siguiente a ver si es que me he despistado tanto pensar en el veranito… pues no, la de Pepe Viyuela es también interesante y parecida a las dos primeras, en las tres hablan de los tres actores y de sus logros o características interesantes de su vida. Ai, ai, ai…
En la intro de Magüi sin embargo habla de… de… mejor lo trascribo, a ver si también a ti te da calambre en la conciencia. Aviso de spoiler: pistas en negrita.
“Actriz de carácter, Magüi Mira (Valencia, 1944) está muy comprometida con la igualdad de género y elige cuidadosamente las obras en las que se embarca. Hermana del cineasta Carles Mira, se casó con el dramaturgo José Sanchis Sinisterra, con quien tuvo dos hijas. Magüi Mira ahora comparte vida y proyectos con su segundo marido, el también dramaturgo Emilio Hernández Soriano.”
Y yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Esa es toda la
introducción sobre Magüi como (en este caso) directora de una de las obras que
se representan en el festival.
Así de primeras a mi cabeza vienen rápido dos pensamientos.
El primero: “Arantza, podría ser peor, podría no haber ninguna mujer
entrevistada” y el segundo: “Bueno, por lo menos ha sido leerlo y chocar a
bocajarro contra el lóbulo frontal de tu cerebro, algo hemos avanzado”, aunque
poco a poco el buerrollito de la mañana se escapa por el balcón porque se me
frunce el ceño y la sensación es como si me estuvieran timando en parte, como
si me la quisieran colar: que sacamos a la Magüi porque además de un carácter
del copón, tiene pedigrí acreditado con hermano y dos maridos del gremio… algo
sabrá.
Brrrrr, más que escalofríos me entran escalocalientes porque
para mí las mujeres de las generaciones próximas a ella (y entre las que
incluyo a mi madre y sus amigas), creo que no lo han tenido nada fácil para
trabajar y sobresalir en el mundo profesional, por supuesto que muchas son /han
sido trabajadoras, ¡claro!, pero la sensación es que para ellas trabajar está
bien y es un deber (¿no queríais igualdad?) y además qué necesario para la
familia es ese sueldo, pero siempre y cuando no destaquen demasiado, no
molesten, no traspasen ninguna raya convencional ni quieran salirse del tiesto.
Mucho sudor, muchas lágrimas y mucha frustración se han quedado en el camino
para contentarnos con ser solo hijas, madres, esposas y hermanas. Porque sí lo
somos, somos hijas de, madres de, hermanas de, esposas de… y somos otras mil
facetas más que seguro son más interesantes para destacar en una entrevista
sobre el trabajo.
Me alegra y enorgullece poder decir que yo también soy MADRE DE mi hija, HIJA DE mis padres, ESPOSA DE mi pareja, HERMANA DE mi hermano y que evidentemente todos ellos han contribuido a que yo sea la persona que soy. Me alegra y enorgullece saber que están ahí formando parte de mi vida sin necesidad de tener que pedirles cartas de presentación ni permisos.
Estoy segura de que dentro de unos años, cuando Ela haya crecido un poco más, tendré serias dificultades para explicarle este artículo, igual que hoy no entiende muy bien por qué vamos a la manifestación del 8 de Marzo, porque para ella simplemente no hay brecha, no hay nada que no pueda hacer, lo tienen totalmente interiorizado y sólo ve ciertas cosas que prefiere no hacer. Que ella y todas sus amigas y amigos no entiendan el por qué de las reivindicaciones del Día Internacional de la Mujer Trabajadora es la mayor fuente de esperanza hacia un futuro donde las personas podamos comprendernos mejor las unas a las otras.
Pensar en mi hija y sus amigas y la garra, felicidad y firmeza que proyectan porque para ellas todo es posible, hace que el ceño fruncido se convierta en una sonrisa y el buenrrollito playero vuelve a entrar por el balcón mientras le doy otro sorbo al café y pienso que éste es un buen tema para el blog… y vuelvo a la revista porque no tengo ni idea de la vida personal de esta señora en concreto… ni de los otros tres actores del artículo, y la verdad que así está bien, que ya voy bien con intentar llevar la mía y compartir la de mis amigas y amigos.
Arantza. Familysupplychain.com
El artículo en cuestión de XL Semanal: Festival de Teatro de Mérida
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