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Lo que una excel no puede contarte

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UNA MALETA LLENA DE SUEÑOS

Cada noche que voy a arropar a Ela, además de mil besos y abrazos, ella me pregunta con qué soñar.

Me resulta gracioso porque imaginar cosas «nuevas» me cuesta muchísimo, ella tiene buena memoria y esto es… casi cada noche, jajajajaja. Ela no sabe el esfuerzo que me cuesta poder pensar en qué soñar así que es libre de pedir y solo yo sé la felicidad y el amor tan grande que me genera esa pequeña rutina.

A veces le gusta mi sugerencia, a veces con matices, a veces ni siquiera a la tercera.

El caso es que Ela se va de excursión dos días con el cole (¡por fin normalidad también en lo lúdico!) y es importante para ella entre otras cosas porque lo de dormir fuera… pues pachín pachán. Finalmente las ganas han podido al miedo (¡bien por Ela!) aunque pensar en el momento de dormir le angustiaba.

– Mamá, no estaréis para arroparme.

– Puedes abrazar a Perrín y a Tito y que ellos te den los besos por nosotros.

– Pero con los nervios ¡no sabré con qué soñar!

– Sí que lo sabrás cielo, no obstante, vamos a meter unos cuantos sueños en la maleta.

Aunque la inercia de nuestra rutina dice que una noche = un sueño, ya te he contado que a veces le gusta mi sugerencia, a veces con matices y a veces ni… así que triple ración y un «post Data» clásico final (ese nunca está de más):

Idea para Soñar, 1 de 3.
Idea para Soñar, 2 de 3.
Idea para Soñar, 3 de 3

Sinceramente creo que Ela seguirá pasando nervios durante esta noche fuera de casa. Los miedos nunca se desvanecen de la noche a la mañana ni por arte de magia (ni aun en sueños), sin embargo ella lo ha conseguido, ya se ha pasado la pantalla y ha subido al siguiente nivel: «Hazlo, y si tienes miedo, hazlo con miedo».

Sinceramente también, pienso que esa sensación de tener miedo a ciertas acciones, esos anclajes que nos unen a ciertas conductas y ese «noséqué que quéséyo» no nos abandona nunca, solo cambia de forma y es parte de nuestra evolución. Claro que cuantos más años cumplimos, tenemos más escusas rebuscadas y más sinónimos y justificaciones para quedarnos tranquilos y no hacer mucho más.

Aunque de vez en cuando hay que lanzarse, y a veces solo hay que encontrar la tecla adecuada, esa pequeña ayuda que nos de la mínima confianza necesaria para pasar de pantalla. La recompensa es ingente.

Estoy convencida que cada uno de nosotros tiene un pequeño Dumbo esperando su pluma particular a la que agarrarse para poder levar anclas y caminar y volar y soñar y estoy convencida que la gran mayoría de veces tenemos cerca a una persona de confianza guardándola para nosotros. Alguien de nuestra familia, de nuestros amigos y (muchas más veces de las que creemos) una persona del trabajo que nos inspira.

Por cierto, como mandan los cánones dejo para el final el «Post Data» (lo que de verdad importa):

Post Data 1 de 1.

Arantza (mamá de Ela y selectora de sueños a petición)

¿NO PUEDES HACERLO? BUSCA OTRA FORMA.

Los martes por la tarde son nuestros.

No hay actividades extraescolares, no hay que hacer la compra, no hay que recoger cosas de la casa ni grandes deberes porque los martes por la tarde son nuestros, de Ela, míos y de alguna amiguita ocasional.

Y claro, con tooooda la tarde por delante en casa lo normal es planear qué vamos a hacer, porque podemos hacer un montón de cosas… Podemos jugar a todo lo que se nos ocurra: saltar a la cuerda y dar volteretas, utilizar todos los juegos de casa, abrir el baúl de los disfraces, pintar con todo tipo de colores, cartulinas, gomaeva, crear arte, hacer “experimentos de ciencia” en la cocina… lo que queramos, PERO (casi siempre hay peros en la vida) hay una norma y es que durante esa tarde no es posible ver tele (ni jugar a la Tablet, etc).

Hace un par de martes mientras merendábamos, estábamos hablando sobre qué podríamos hacer esa tarde, y aunque las dos sabemos las normas, ver tele (que es una acción pasiva) siempre parece más apetecible en primera instancia que empezar un juego (que implica acción física  y/o mental), y hay días que Ela hace más hincapié por estar delante de una pantalla y ese día era uno de ellos.

Mamá, ¿por qué no vemos la tele primero?” – da igual las veces que lo hayamos hablado, intentarlo es gratis – “Ya sabes que hoy no hay tele…” – y quedarse en un primer intento sería de amateur –  “Venga mamá, un minutito solo…” – “el minutito” es la medida internacional de tiempo infantil que valida la teoría de la relatividad de Einstein solo en el caso de ralentizar el tiempo – “Ela, no hay tele ni un minutito  siquiera, pero ya lo sabes. ¿Por qué no jugamos a Operación, o Hundir la flota o al Monopoly?” – yo apelando a la integridad de una niña de 7 años y utilizando el viejo truco de desviar la atención, que de momento (¡menos mal!) funciona casi siempre, así que finalmente nos pusimos a jugar al UNO.

Al de un rato llega el segundo intento, esta vez con la tablet – “Mamá, un minutito de Tablet, solo una partida” – otra vez Einstein y su teoría de la relatividad – “Ela, hoy no puede ser. ¿Y si hacemos volteretas laterales y el pino? Yo te sujeto” – vamos a ver si remontamos el bache con algo más movido – “Mama, que no es tele es tablet, vengaaaaaa y si no, ¿puedo ver fotos en tu móvil? ¿o buscar en Google canciones?” – ufff, hoy se complica el tema así que lo mejor es cortar todas las alternativas de raíz sin más opciones posibles – “Ela, hoy no puede ser cielo, de hecho no puede ser ningún cacharro que se conecte a internet o que tenga pantalla o que necesite electricidad. Ni móvil, ni tele, ni Tablet, ni ordenador… ni microondas. Ninguno. Es una norma y hay que cumplirla”.

En este punto noto claramente que hoy a Ela no le parece nada bien la norma de las narices. – “Pues yo quiero la tablet y el ordenador… y los voy a usar sea como sea” –  dice en bajito con la mirada hacia abajo, el ceño bien fruncido y los brazos cruzados. Se queda en esa postura un buen rato hasta que levanta la cabeza con una sonrisilla de medio lado y me dice – “Mamá, he decidido que quiero hacer arte, pero es una sorpresa así que quiero hacerlo sola y que no mires” – Os podéis imaginar que es música para mis oídos, se acabó el tira y afloja sobre el uso de la tecnología – “Bien cariño, si no puedo mirar, yo me pongo a leer un rato en el sillón de leer mientras tú terminas la sorpresa” – encima planazo, poder dedicar un rato a leer – “Pero mamá, no puede ser el ebook, eh? Que hay que cumplir las normas…” – ¡chica lista!, hay que ser coherente y la norma es para todos así que cojo un libro analógico para la ocasión.

Así pasamos buena parte de la tarde, Ela muy concentrada en la mesa del salón, pintando, recortando, usando la regla… de vez en cuando iba al estudio y miraba el ordenador, el ratón, un móvil de juguete, y yo enfrascada en mi libro. De repente escucho que Ela ha dejado de hacer “arte” y está como aporreando el papel que estaba pintando. Cuando le pregunto qué está haciendo me dice con una sonrisa enorme y triunfal: “Mamá, estoy jugando a espías con… ¡¡mi nueva tablet y mi nuevo ordenador!! Ya te dije que iba a usarlos sea como sea…

El resultado del “arte” de Ela podéis verlo en las fotos justo aquí abajo (incluso hay un ebook para mí) y no hace falta que os diga que pasamos el resto de la tarde jugando a  utilizar su tablet y su ordenador y lo pasamos estupendamente.

Más allá de la anécdota, me gusta recordar este  momento en mi día a día laboral: Tener claro un objetivo y seguir las normas, por supuesto, pero estirarlas y adaptarlas a mí, y a su vez adaptarme yo a las circunstancias y buscar soluciones alternativas, que puede que no lleven exactamente al objetivo estándar que el 99% de las personas esperarían, pero sí cumplen con el propósito que me he marcado y por encima de todo… me hacen disfrutar del proceso.

Arantza.

Tablet de Ela
Ordenador de Ela, con ratón inalámbrico y pen.
Ebook para Arantza

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TODO LO QUE ESPERO DE TI.

Ela romero
family supply chain

Para celebrar el nacimiento de una hija, muchas veces se le regala unos pendientes especiales, o una cadena de oro, o una sesión de fotos, o se abre una cuenta de ahorro… cuando nació Ela, yo le creé una cuenta de e-mail a su nombre.

Desde entonces, le envío e-mails a la Ela del futuro, contándole «de mujer a mujer» cómo es ella ahora, cómo somos nosotros, pequeñas anécdotas y qué dudas nos surgen.

Uno de los e-mails más importantes que le he enviado es el que comparto en este post. Porque he de reconocer que yo soy una persona exigente, y cuánto más quiero a alguien, mucho más exigente soy con ella. Y sí, como todas las mamás, tengo grandes esperanzas puestas en el futuro de mi hija.

ELA, ESTO ES TODO LO QUE ESPERO DE TI:

1-. SÉ una persona FELIZ. No importan las circunstancias de la vida, del momento… ser FELIZ depende de ti. La vida es algo precioso que sólo pasa una vez. Para todo lo que “pase” por tu vida, tú eres el  tamiz y tú eres dueña de tus sentimientos, sólo tú puedes apreciar la felicidad y sacar algo positivo de cada circunstancia. Ser consciente de esto, hará que tu vida merezca mucho más la pena. Objetivamente, te pasarán las mismas cosas, pero tú tienes el don de pensar en positivo sobre ellas.

2-. Sé una persona ÍNTEGRA. Preocúpate de tener tu código deontológico, ojo, que no tiene nada que ver con lo que es legal o no, sino con valores como el bien y el mal, la justicia y la injusticia, tus propios conceptos, y sé consecuente con ellos. Preocúpate además, de aprender cada día, y de revisar honestamente tu código, y revisar honestamente si lo sigues o no.

3-. Dedícate profesionalmente a LO QUE TE APASIONA. Invierte tiempo en averiguar qué es lo que más te gusta, tu pasión (pero de forma sincera) y trabaja duro, muy duro, para dedicarte a ello y estar orgullosa de tu profesión. No importa si está mejor o peor “visto”, si tiene más o menos “futuro”, si qué dirán… es tu vida, la tuya, y sólo tienes una… ¡aprovéchala en lo que realmente quieres!

4-. CURIOSA. La vida está llena de maravillosos descubrimientos, abre tu mente y tus prejuicios a las diferentes personas, los diferentes lugares y culturas… a lo largo de la vida, descubrirás que tu mayor riqueza son las EXPERIENCIAS. Viaja, todo lo que puedas y permítete conocer a las personas que te encuentres en tu camino. Las experiencias te acompañarán durante toda tu vida y te harán mejor persona. Sé que esta sociedad nos redirige con fuerza a dinero = felicidad, pero nada más alejado de la realidad, el dinero es muy necesario, pero sólo una cierta cantidad y sólo te da cosas.

5-. Quiere a tu FAMILIA. Afortunadamente tienes una familia grande, repartida geográficamente pero unida. Somos los que siempre estaremos contigo, pase lo que pase, por muy difíciles que puedan ser las situaciones, siempre seremos familia. En concreto, el papi y yo no somos tus mejores amigos, somos TUS PADRES, así que posiblemente tengamos momentos de incomprensión mutua, pero siempre querremos solucionar nuestros problemas y siempre, siempre, siempre, TE QUERREMOS.

6-. Haz lo necesario para SENTIRTE ORGULLOSA DE TI MISMA. Eres especial, eres una gran persona, y estás destinada a hacer todas las cosas increíbles que te propongas; todo se consigue con tesón, ilusión, perseverancia y mucho trabajo duro. DA IGUAL LO QUE PIENSEN LOS DEMÁS. “Haz lo necesario para lograr tu más ardiente deseo, y acabarás lográndolo”. No dejes que nadie limite tu vuelo sólo porque es imposible para ellos.

7-. Sé CONSECUENTE con tus actos, y asume las CONSECUENCIAS. Durante tu vida tendrás que tomar decisiones fáciles y otras muy difíciles… ten en cuenta las consecuencias de tus acciones, y no te amedrantes por ellas, pero asúmelas y sigue adelante.

8-. No tengas miedo al ÉXITO ni al FRACASO. Fracasar sólo significa que la opción elegida de entre las miles de opciones no era la adecuada en este momento, por lo que te da la oportunidad de volver a elegir una nueva opción… añadiendo la experiencia adquirida. Fracasar es INTENTAR, sustituye una palabra por otra y verás cómo pierde todas las connotaciones negativas. En cuanto al éxito, ten en cuenta siempre que es pasajero, que viene y va.

9-. Sé CRÍTICA ante las opiniones de los demás y sobre todo ante la tuya propia, y RELATIVIZA porque al final… casi nada es tan sumamente grave, de veras.

10-. Y finalmente, RÍETE. Ríe a carcajadas, hasta que te falte el aire, siempre que puedas, hasta que te duela el costado, te lloren los ojos y tengas agujetas en la mandíbula. Ríete de las cosas graciosas, pero sobre todo, ríete de las que son serias. Cuanto peor pinte la cosa… ríete con más fuerza. Cuando creas que la cosa no tiene solución… ríete franca y llanamente de la situación, y después busca un camino alternativo. Siempre lo hay.

Como ves… hubiera sido mucho más fácil querer que fueras “médico o abogada”, pero ya te lo he dicho, mis aspiraciones son elevadas. Te quiero infinito más ocho.

Arantza Bárcena. The family supply chain.

Sobre profesores Kamikazes… ¡pon uno en tu vida!

Hoy me he encontrado en LinkedIn con este artículo: «Kamikazes de la Educación, la enseñanza a la contra» sobre métodos de enseñanza alternativos a «lo tradicional» y profesores que hacen que la enseñanza sea «algo más», y la verdad, pensaba sólo compartirlo, pero luego he sentido que me faltaba algo, así que he pensado en añadir un comentario, y al escribirlo… me he dado cuenta que la forma adecuada de hacerlo era en forma de Post…

Comparto este artículo sobre «diferentes tipos de educación» por tres motivos “persoprofesionales”: El Cambio, La Coherencia y La Inspiración.

EL CAMBIO

Lo único claro es que la vida es CAMBIO, y por eso, todos experimentamos procesos de aprendizaje, des-aprendizaje y re-aprendizaje, y estar preparado y entrenado para ello hace estos procesos mucho más fáciles y fluidos.

Es muy duro luchar contra los cambios pues exige demasiada energía, y la verdad, es asombroso  ver que nadie nos prepara para ello, ni nos enseñan formas de afrontarlos, estrategias para conseguirlos… es como si cada persona tuviéramos que descubrir cómo inventar nuestra propia «rueda» cada vez, con lo fácil que sería adquirir una base sólida a través de las experiencias de los demás.

LA COHERENCIA

En la era de la información digital, donde tenemos todos los datos al alcance de un clic, creo que las competencias realmente necesarias son: gestionar sentimientos, resolver problemas, dominar diferentes estilos de comunicación, aprender a aprender, tener pasión, saber procesar la información adecuada, intentarlo al máximo, caerse y volver a levantarse…

Creo con firmeza que los únicos conocimientos imprescindibles a lo largo de toda nuestra carrera y vida personal no tienen nada que ver con saberse 100 fórmulas ni los ríos del mundo, así que siendo coherente, hemos elegido para nuestra hija una formación MONTESSORI, para educarla en lo que de verdad importa y en las herramientas para ir aprendiendo, y ya decidirá ella a lo largo de su vida qué necesita aprender en cada momento.

LA INSPIRACIÓN

Los grandes maestros cambian nuestra vida.

Yo tuve uno de ellos a los 16 años, mi profesor de matemáticas y física ÁLVARO MARCOS, y efectivamente soy quién soy porque la vida me cruzó con él, y él quiso ser parte de mi vida.

Con él aprendí que el aspecto físico de alguien sólo es una parte más, que dedicar 30 minutos a meditar en la «hora» de matemáticas del viernes por la tarde hacía que realmente estuviera atenta y aprendiera en la otra media hora,  que la física también era hablar de galaxias y planetas y que está muy cerca de la filosofía, que merecía la pena parar 15 minutos y asegurarnos de que todos entendíamos los conceptos y explicárnoslos unos a otros… también aprendí que hay que esforzarse duro para llegar a la excelencia, a base de notas de 9’95 sobre 10… ojo!, que nadie confunda disfrutar aprendiendo con vaguear o escaquearse.

Hoy (con 40!) seguimos siendo amigos y seguimos aprendiendo el uno del otro… y sé que somos cientos los alumnos a los que nos ha inspirado y transmitido pasión por la ciencia y la vida, más allá de los conocimientos del currículo.

Hoy, leyendo el artículo «Kamikazes de la Educación, la enseñanza a la contra» , no puedo más que agradecerle su desempeño e ilusión, y decirle que ojalá durante su educación, mi hija Ela encuentre a su Álvaro.

Arantza Bárcena. The family supply chain.

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A TRES METROS DE ALTURA SOBRE LAS DECISIONES

Cuatro años después, ni siquiera recuerdo qué alimentos se le dan primero al bebé, ni en qué orden se van introduciendo,  ni en qué mes exactamente. Lo que sí recuerdo, mejor incluso que mi peli favorita, es la sensación de desbordamiento.

Ésta era yo hace poco más de 4 años…

 Yo, que tengo dos carreras, que hablo tres idiomas y chapurreo el valenciano, que más másteres te da la vida, y que me he  curtido en mil batallas…

Yo, que trabajo en la cadena de suministro con productos perecederos, que muevo camiones como canicas y consigo cuadrar el círculo para que todo llegue cuando debe…

Yo, que creo procesos y procedimientos, que los implanto, los superviso, los reinvento; y disfruto trabajando y aprendiendo en multitarea…

Yo, que tengo 35 años, una vida, una casa, un proyecto, una pareja, cientos de libros leídos al respecto y una tribu que me ayuda…

¿¡por qué no puedo hacer que mi bebé deje de llorar!?

…Tiene el pañal limpio… ha comido teta… ha eructado… no hace ni frío ni calor… está bañada y limpita… en brazos… le canto, le bailo, la arrullo, la mimo… ¿¡por qué no para de llorar!? No es lógico ni coherente, no hay árbol de decisión, no hay procedimiento ni manual de instrucciones… arrrrgh!

Y entonces llega la sensación de DESBORDAMIENTO TOTAL. Toda mi preparación, todos mis idiomas, toda mi experiencia en situaciones profesionales… toda, todita tota, me la voy tragando en cómodos bocaditos sin agua, y veo que en realidad lo que importa de verdad es que soy una treintañera novata, poco acostumbrada a que las cosas no salgan por dónde yo quiero y  que no tiene ni idea de criar hijos.

Cuando llega este punto, me doy cuenta que me importa un pimiento que el camión no llegue a tiempo o que se rompan tres líneas de producción o que el proveedor no entregue lo que dice… NADA TIENE IMPORTANCIA comparado con el hecho de que me acabo de incorporar de mi baja maternal, y mi bebé ha decidido no destetarse, así que no come absolutamente nada desde que me voy hasta que vuelvo. Eso sí es un problema. ES MI PROBLEMA, mi único gran problema en el mundo mundial (ríete del paro o de la paz en el mundo).

Y es ese punto en concreto donde se produce el CAMBIO DE CHIP: cualquier problema que se me ponga por delante, sea de trabajo o no, me parece una minucia comparado con esto, se queda ahí lejos, abajo… así que lo resuelvo, con tranquilidad y dedicación, pero sin pestañear.

Qué fácil es resolver algo concreto, con orden y lógica, comparado con alimentar a una hija que no quiere comer.

 

Por supuesto la bebita se acostumbró pasados unos días, comenzó con papillas o lo que fuera (ni me acuerdo!), y al cabo de un mes aquí paz y después gloria.

Pero recuerdo esos días como los peores días de mi vida, aunque también aprendí la lección más importante en mi ámbito profesional:

nada se puede comparar con un problema del que me siento responsable y para el que no puedo generar una  solución, porque ésta no depende de mí en absoluto.

De modo que los problemas que sí que dependen de mí son harina de otro costal, es fácil, soy PARTE de la solución, he generado la perspectiva suficiente y de repente… me doy cuenta:

estoy a tres metros de altura sobre una situación… y los pasos para solucionarla planean a la misma altura conmigo.

 

Desde entonces me acompaña esta perspectiva ante los problemas, que sólo puedo definir como “clarividencia materno-profesional”.

Arantza Bárcena. The family supply chain.

 

FRIKIFROZEN – Cuando tu trabajo no te abandona… ni tú a él!

Son las 7 am del sábado y llega el “momentazo de la semana”, Ela y yo nos tumbamos en el sofá a ver… Frozen.

Si alguien le quitara las canciones y nos narrara la historia, nos parecería un cuento de terror: dos hermanas separadas y encerradas dentro de un castillo sin poder verse la una a la otra ni a nadie más, que sobreviven así unos 10 años y un día abren las puertas del castillo y tan contentos todos, sus habilidades sociales están a la altura de Daniel Goleman… pero así es la “magia” Disney.

Es a los 20 minutos aproximadamente cuando me doy cuenta que sí, que irremediablemente soy una friki apasionada de mi trabajo.

Mientras veo Frozen, yo sólo puedo pensar en que, sin “los papás reyes” a la vista y con dos niñas dentro…

¿Quién gestiona el castillo?
¿Cómo validan los presupuestos?
Parece que además llevan la voz cantante en comercio exterior, ¿quién dictamina la estrategia?

Y mientras Ana canta y canta suplicándole a su hermana Elsa que le haga caso (se puede ser más cruel?) y yo, que aun no me he tomado ni el primer café del día, no veo dibus, veo preguntas sin fin…

Cómo gestionan el aprovisionamiento? Y los repartos de los recursos? Es alguien externo?, en ese caso, cómo validan los procesos de un castillo hermético?
Y los profesores? Cómo aprenden a leer y a comportarse de forma social las niñas?
Si es un reinado en una época post-feudal, pero preindustrial, cómo administran la justicia dos niñas recluidas? y si se hiela el mar… cuánto mar se hiela? es una extinción masiva de especies?

… así hasta el infinito en una peli que parece que no se acaba nunca, con unas canciones que se instalan en el hipotálamo…

Y de repente, sin más, Ela se tumba encima mío y me dice abrazándome:

“mamá, te quiero taaaaaaanto… jugamos a princesas superheroínas peleadoras?»

y entonces yo pienso que sí, que Frozen es una gran película… y a continuación apagamos la tele 😉

Arantza Bárcena. The family supply chain.

THE FAMILY SUPPLY CHAIN. Una masterclass cada mañana

Érase una vez, una mujer de “taitantos” amante de su trabajo, que vivía en su castillo con su pareja y sus dos bellas princesitas, y que cada día por la mañana impartía una clase magistral de logística… antes del primer café.

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Son las 5 am y me vuelvo a acostar por 4ª vez, hoy toca catarro. A las 7 am arriba… y empieza la cuenta atrás.

Yo me ducho, tú los despiertas, luego te duchas tú mientras yo preparo desayuno (que se coman la mandarina!), ojo! Para la peque hoy toca gimnasia… ¿dónde están las zapatillas? Peque! Las zapas? Mami… es que yo quiero ir con falda y zapatos de princesa… no quiero pantaloooooones! tranquila cariño, te voy a contar la historia de la princesa guerrera que siempre llevaba zapatillas y pantalones para poder dar patadas de karate… ufff…

¡Papá! Que nooooo, que es súper importante ir a la fiesta de Daniel… no me entiendes!! … ¿Dónde está mi libro de mates? Lo dejé justo aquí ayer…

A ver todos, hoy os lleva papá, mientras os laváis los dientes yo preparo almuerzos, papi, mete en las mochilas la ropa de cambio, que luego hay ballet, por la tarde os recoge abu y luego mami… habéis metido el almuerzo en la mochila? Que sí… que ya hablaremos de Daniel y su fiesta… después del examen de mates. Cariño, te dejas el ordenador… no peque, el bolso de mami lo lleva la mami…. ¿Dónde está la lista de la compra? Hoy te toca a mediodía a ti… ufff, tengo una reunión, imposible… sacamos cena del congelador y compras tú mañana? Oki.

Te quiero! Os quiero! Te queremos!… y son las 8:20, y un día más salimos todos a comenzar nuestra jornada…   ¡feliz día!

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Cuando terminamos nuestros estudios, ya sea un grado, una carrera o similar y entramos en el mundo de la logística, nos damos cuenta de la cruda realidad… los cursos/másteres y demás formación en logística nos dan una base muy sólida y buenísimas herramientas, pero en este terreno de juego, la experiencia (y el sentido común) marcan la diferencia.

Lo que poquísimos imaginábamos entonces, es que una parte de las lecciones de logística no vendrían de una empresa, sino del seno familiar, de nuestro día a día.

Creo que cualquier pareja de hoy en día, con niños y ambos trabajando, entenderán perfectamente de qué hablo. Ya no es conciliar o pasar más o menos tiempo en familia… es cuadrar el círculo para que diariamente nuestra vida tenga un final (logístico) feliz.

Arantza Bárcena. The family supply chain.

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