LinkedIn es una red profesional.
Creas tu perfil profesional, compartes artículos y comentarios que aportan valor en el entorno laboral, contactas con personas afines con puestos que complementan el tuyo, sigues páginas corporativas, ves noticias del sector, descubres ponencias interesantes y formas parte de Grupos específicos.
Todo desde tu ordenador/tablet/móvil/aparatejo digital conectado. De forma pasiva, “vouyeurista” o meditadamente activa. Con una foto de perfil aseada, capacidad para reflexionar ese comentario, saltar ese vídeo, esbozar media sonrisa cuando lees a ese viejo conocido o poner un leve gesto de desdén ante ese artículo que se repite desde el segundo párrafo.
LinkedIn es una red limpia, seria. Aséptica.
Y luego estamos las personas que formamos esa red. Nuestra parte profesional nos integra, nuestros objetivos comunes nos encuentran y de repente las personas conectan.
Porque cuando encuentras personas para las que su profesión (¡también!) es apasionante y además tienen un aporte personal que no te lo acabas ni con todos los años bisiestos del próximo siglo juntos, de repente te das cuenta del alcance físico real (que al fin y al cabo esto de LinkedIn sólo es un medio, no un fin) y de la potencia de las relaciones personales.
Hoy me gustaría compartir solo un ejemplo y bien pequeñito, porque al final a las personas nos gustan las personas y LinkedIn está tan lleno de iniciativas para pasar de lo digital a lo presencial que dejando que las manos tecleen al azar mientras estornudas fuerte, es posible que des con un hastag al respecto, ¡y menos mal que cada vez hay más!. Yo hoy quiero hablaros de Lola y nuestra historia profesional.
Lola contactó conmigo (evidentemente a través de LinkedIn) a finales de 2016, ella trabajaba en una empresa tecnológica para gestionar transporte, yo desarrollando la logística de distribución de mi grupo… vamos, un maridaje (Linkedaje) perfecto.
Allá que empezamos a contactar vía mensajes: pues mira qué tipo de distribución quiero hacer, pues yo te recomiendo que revises estos requisitos, ¿pues te has fijado en la forma de distribución de éste y aquél retail?, pues vamos a revisar si alguna red de transporte colaborativo sería posible con mis flujos, pues mira que me pillas ahora en casa en León, ¡pues no me digas! si justo voy por allí en un par de semanas a visitar a mi familia, pues en dos semanas estoy en casa de uno de mis clientes en UK, lástima, pues te tienes que venir a Valencia a ver la fábrica y vemos con números si tu solución es adecuada, pues vamos a cerrar agendas, pero oye, participamos en un evento en BCN sobre Supply Chain y dispongo de invitaciones, ¿por qué no te vienes y lo conoces de primera mano?
Y allí que fui con mi jefe del momento (y siempre buen amigo) Raul a la Supply Chain and Logistics Summit (http://www.sclsummit.com/) que se celebró en Barcelona en Julio 2017. El congreso fue muy interesante e intenso y entre medias me dio tiempo a donar sangre… ¡y contarlo! (https://donandovoy.wordpress.com/2017/07/28/donando-voy-en-barcelona/) pero lo mejor de todo, conocer a Lola en persona.
En cuanto vi a ese duendecillo de pelo rubio platino que hablaba con la misma pasión sobre la Cadena de Suministro, la cena de esa noche, la educación de su hijo o la dificultad para encontrar mujeres en el campo de la logística, supe que éramos almas ingenieras gemelas.
Finalmente no logramos poder trabajar en el proyecto logístico común, pero al año siguiente yo daba una ponencia en Alimarket en Madrid, así que fue el turno de devolverle la invitación y nos vimos en Mayo del 2018. Fue un día bonito e intenso en el que de nuevo se agolparon los temas uno encima de otro, experiencias profesionales mezcladas con aspiraciones personales, vivencias como ingenieras, como madres, como profesionales con responsabilidad, como mujeres.
Desde entonces la vida nos ha dado un par de vueltas a cada una, ambas hemos cambiado de trabajo, ambas hemos hecho cosas diferentes, seguimos con nuestras trayectorias que nos completan y nos seguimos mutuamente la pista muy de cerca.
La penúltima vez que nos vimos estuvimos paseando por el Pantano de Villameca. Allí estábamos las dos en medio de un paraje natural precioso, solas solísimas en medio de la naturaleza, hablando de las aplicaciones de la tecnología blockchain, de la educación de nuestros hijos, de las Women Angels, de modelos de planificación, de cómo nos repartimos las tareas del hogar con nuestras parejas, de la gestión de personas en entornos industriales, de trucos para dejar varias cenas hechas, del mundo Start Up y sus luces y sus sombras, de qué forma sacar tiempo para hacer deporte en esta vorágine de vida o de la necesidad de implicarnos en proyectos que acerquen el mundo STEM (https://www.f-iniciativas.es/el-concepto-stem-que-significa) a las mujeres del futuro.
Imagino que vernos en acción juntas a veces debe ser brumador, a la velocidad a la que hablamos las dos, con el ímpetu y de la forma en que saltamos de un tema a otro que ni Fosbury (https://es.wikipedia.org/wiki/Dick_Fosbury). Es tan intenso como emocionante.
Nosotras hablamos de todo desde el todo y es tan apasionante que más que tratar los temas ellos nos abordan a nosotras como vendedores en el gran bazar de Estambul.
Espero con ganas y en modo “cuenta atrás” volver a vernos este verano, familias incluidas.
Gracias LinkedIn, entorno pulcro y neutro, por ofrecernos la oportunidad de pasar de lo profesional a lo personal.
Arantza.
PD1: Estas somos Lola y yo en LinkedIn 🙂 LOLA – ARANTZA
PD2: Algunas pistas a seguir en LinkedIn: #humanosenlaoficina #ponlecara #ciadelinkedin #sinlimitesvalencia.
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